CONTRA EL ESTIGMA DEL TDAH
- rociosanmartinchap
- 21 sept 2017
- 2 Min. de lectura

El estigma que conlleva el TDAH para el niño que lo padece y para sus allegados se convierte en un obstáculo más a superar y, en muchas ocasiones, el más difícil de manejar para los padres. Este estigma no proviene del diagnóstico del TDAH, más bien al contrario, cuando las personas conocen que alguien tiene TDAH y tienen información suficiente sobre él suelen entender el comportamiento del niño desde sus dificultades y no desde la idea de que sean unos maleducados. En ese sentido, la correcta difusión de conocimiento sobre el TDAH ayuda a las personas que lo padecen a ser mejor comprendidas y tratadas por los demás.
El hecho de que el diagnóstico sea complejo y hoy en día sean diagnosticados muchos más niños que antes provoca que mucha gente no se crea que el niño tenga TDAH. Por ello, aunque el niño reciba un diagnostico formal probablemente no todos que estén a su alrededor lo vean así.
En mayor o menor medida ten por seguro que si tu hijo no para quieto y es impulsivo muchas personas creerán que lo único que ocurre es que es un maleducado y que no lo has sabido criar. Esta es una idea que debéis aceptar que va a ocurrir y tratar de darle la importancia justa, de lo contrario os amargareis y tendréis vergüenza a estar con vuestro hijo en público. Es cierto que el comportamiento de un niño con TDAH, como el de cualquier otro, es muy modificable a través del estilo educativo de los padres, sin embargo estos tienen unas características distintas al resto que exigen otras maneras de proceder y mayores dificultades. Lo cierto es que la mayoría de los que os critican no tienen la información para hacerlo mejor.

Los síntomas del TDAH, al contrario que en la mayoría de casos, pueden provocar rechazo social. El niño no para quieto, tiene contestaciones impulsivas, no presta atención cuando le están hablando o no mide las consecuencias de sus actos. Todo ello puede resultar molesto para los compañeros de clase o profesores. Y mucho más si no saben que tiene TDAH o no comprenden qué implica éste.
Otro asunto es la medicación, ya que muchos creen una aberración medicar a un niño. No obstante, día a día observamos que los efectos negativos que se derivan de no tomar medicación son mucho más negativos que los derivados de tomarla. Piensa en cómo quieres que esté tu hijo y no en el que dirán.

Como contra cualquier tipo de estigma, su mayor enemigo es la información. En la medida que consigas informar a tus allegados sobre el por qué del comportamiento del pequeño lograrás una mayor comprensión y aceptación de sus síntomas. Evidentemente no informarás a todo el mundo que rodee al niño, pero quizás sí puedas con las personas más cercanas. En ese sentido no tengas miedo en ser claro y directo. Por supuesto no dejes de informar a tu hijo, él también debe conocer lo que le pasa para saber enfrentarse a ello. Y además esfuérzate en ver los comentarios positivos que seguramente recibiréis tanto tú como tu hijo por los logros que conseguís.
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